I just call...

Vaya... aquí estoy delante del ordenador sin saber qué decir... y a mí eso casi nunca me pasa... al revés... me enrollo más que una persiana. Creo que es mejor que vaya por partes... 

Hace unas semanas, después de unos meses de vacaciones, reaparecieron mis retos favoritos. Desde que empecé con el blog hace poco menos de un año y descubrí los retos de tarjetas 3Flowers descubrí el mundo de la tarjetería y el placer que me provocan las tarjetas. Gracias a ellas hice mis primeras tarjetas y gracias a ellas seguí haciendo mensualmente, gracias a sus retos, más y más tarjetas. Al día de hoy, podría decir que es donde más cómoda me siento scraperamente hablando. Así que cuando regresaron, tenía claro que fuera cual fuera el requisito que pusieran y fuera cual fuera el reto a seguir, participaría sí o sí porque me hacía muchísima ilusión. En concreto, éste es el reto #29 y el requisito era hacer una tarjeta con temática no navideña, que era la fecha en la que precisamente lo plantearon. 

Las cosas este mes han estado complicadas y como habréis visto, he scrapeado poco. Pero el finde recordé que casi se terminaba el plazo y me apetecía muchísimo acompañarlas en su regreso así que empecé a pensar qué podía hacer, asi que aquí estoy, florecillas, ¡¡cómo no os iba a acompañar en vuestro regreso si me moría de ganas de que apareciéseis de nuevo!! 

Lo que más me gusta de las tarjetas es que en un espacio tan pequeño se pueden contar historias. Al fin y al cabo, eso es el Scrap. Mucha gente piensa que las historias solamente se pueden contar con los minis o los LO pero yo creo que con las tarjetas también, o al menos, así es como yo las pienso.

Y ésta es mi tarjeta:

Y bueno...a grandes rasgos os voy a contar la historia de esta tarjeta porque con ella he decidido hacer las paces con alguien... por eso, el teléfono, por eso el hello, por eso el magic, por eso las nubes, por eso el interior en negro... no voy a enviarla ni a escribir nada en ella. Voy a cerrar un capítulo.

Dentro de unos días se cumplirán dos años de la muerte de uno de mis mejores amigos. Y durante dos años he estado muy enfadada con él. Y durante dos años he pensado que si hubiera seguido llamando podría haber impedido que sucediera. Y durante dos años he escuchado tocar el oboe y me he enfadado recordándolo.

De repente, por algo, nunca se sabe por qué pasan las cosas... pensando en esta tarjeta pensé que era hora de hacer las paces. La vida del músico de música clásica a nivel profesional es muy exigente y estresante, comparable a la del deportista de élite. Y una lesión en un músico de ese nivel es casi como una lesión en un atleta en plenas olimpiadas... En fin... fue su decisión, se largó... sin avisar... Yo llevaba días llamándolo y no estaba en casa... siempre he pensado que tenía que haber insistido y que me debe esa llamada y estos días he sentido que ya está, que cierro capítulo y que me quedo con todo lo bueno. Con una amistad de 20 años que es muy parecida a ese teléfono: divertida, alegre, loca, mágica e incondicional!!

Y por primera vez hablo de esto y no lloro jeje y me acuerdo de todas nuestras locuras y años de confidencias y lealtad. 

Ahora, solamente me queda mirar este teléfono y acordarme de lo bueno. Y sí, hacer las paces...